Maite Cabrerizo
Cifra récord en España: la tasa de desempleo escala al 20,3%, el nivel más alto desde hace 14 años, y cierra 2010 con un número total de 4.696.600 personas sin trabajo.
Si la economía es "un estado de ánimo" -tal y como ya dijera el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez
Zapatero-, y teniendo en cuenta que los índices de desempleo forman parte de la economía de un país, está claro que el ánimo de los españoles debe estar por los suelos tras conocerse la fatídica
cifra de la EPA (Encuesta de Población Activa) que cada trimestre publica el Instituto Nacional de Estadística.
Más de
370.100 personas perdieron el año pasado sus puestos de trabajo, un 8,5 por ciento más respecto a 2009. En su conjunto, la cifra da vértigo: el número total de desempleados fue de 4.696.600 personas y
la tasa de paro del 20,33 por ciento, 1,5 puntos superior a la del año anterior.
Una barrera psicológica que
Zapatero tendrá que justificar ante la canciller
Angela Merkel, que aterrizará el próximo jueves para celebrar la
XXIII cumbre bilateral y examinar de primera mano el resultado de las medidas económicas puestas en marcha por el Gobierno.
Un 6,7 por ciento de tasa de desempleo en Alemania frente a un 20,3 por ciento en España. Sin duda,
para sacar los colores.
El presidente no lo va a tener fácil, sobre todo porque
desde hace 14 años no se cerraba un ejercicio por encima de ese nivel. ¿Cómo le explicará Zapatero que el paro se ha ensañado con los jóvenes, que en 2010 registró la tasa más elevada y superó el 42 por ciento en el cuarto trimestre? ¿Le dará las gracias por abrirles sus puertas y volver a aquellos años en los que los españoles emigraban al país germano en busca de fortuna? ¿
Qué justificación buscará para los parados de larga duración, los que llevan más de un año en paro, y que suman ya 2.154.700? Tampoco será fácil explicar que ya hay
1,3 millones de hogares con todos sus miembros en paro, un 8,8 por ciento más que en 2009.
"No es buena", obviamente
Un estado de ánimo que el secretario de Estado de Economía,
José Manuel Campa, no tuvo más remedio que reconocer: la tasa "obviamente, no es buena". Llueve sobre mojado, ya que la curva sigue subiendo. Así, 2010 se convierte en el
cuarto año consecutivo en el que se incrementa el número de desempleados.
En 2007, el paro se incrementó en 117.000 personas, en 2008 subió en 1.280.300 desempleados, en 2009 en 1.118.600 personas y en 2010 lo hizo en 370.100 personas.
En cuatro años, casi tres millones de desempleados más. No obstante, Campa descartó que la tasa de paro registre "grandes" repuntes este año y limitó eventuales incrementos a la evolución de la población activa.
Como resumen de año, a lo largo de 2010 se superó el 20 por ciento en los dos primeros trimestres, sólo descendió en el tercer trimestre cuando el número de parados bajó en 70.800 personas y la tasa de desempleo descendió más de tres décimas, hasta el 19,79 por ciento.
Los datos de la EPA empeoran los ofrecidos hace dos semanas por el Ministerio de Trabajo, que cifró el paro en 4,1 millones.
En concreto, en relación al cuatro trimestre, el INE señala que la tasa el paro se incrementó en el último trimestre de 2010 en 121.900 desempleados, un 2,6 por ciento más que en el tercer trimestre. El número de ocupados se redujo en 138.600 personas (-0,75 por ciento), cerrándose el ejercicio con 18.408.200 ocupados.
Se destruye menos empleo
Aunque el repunte del paro en 2010 fue sensiblemente inferior al de 2009, el número de empleos destruidos el año pasado fue cinco veces
inferior al del ejercicio precedente. Así, el año pasado se destruyeron 237.800 puestos de trabajo (-1,3 por ciento), frente a los 1.210.800 que se perdieron en 2009. En 2008, los empleos perdidos fueron algo más de 600.000.
En el último año, el número de asalariados disminuyó en 178.400 personas (-1,1 por ciento), de los que 85.900 tenían contrato temporal (-2,2 por ciento) y 92.500 tenían contrato indefinido (-0,8 por ciento). A cierre de 2010, la
tasa de temporalidad se situó en el 24,82 por ciento, siete décimas inferior a la del tercer trimestre de 2009.
En términos cuantitativos,
la destrucción de empleo afectó más a los españoles. De hecho, ocho de cada diez empleos perdidos en 2010 estaban ocupados por nacionales. En concreto, los extranjeros redujeron su ocupación en 39.200 personas (-1,5 por ciento), frente a los 198.600 empleos que perdieron los trabajadores nacionales (-1,2 por ciento) el año pasado.
Por su parte, el número de activos aumentó en 132.300 personas en 2010, un 0,6 por ciento respecto a 2009, con lo que la población activa quedó constituida por 23.104.800 personas y la tasa de actividad repuntó dos décimas, hasta el 59,99 por ciento. En el cuarto trimestre del año pasado, el volumen de activos se redujo en 16.700 personas.
Pocas posibilidades
Entrar en las listas del paro es duro, pero más duro es no salir. Los
parados de larga duración, los que llevan más de un año en paro, suman ya 2.154.700. Una vista atrás pone de relieve que esta cifra supone que desde el primer trimestre de 2008 los parados de larga duración se han multiplicado por 4,5 veces, fecha en la que se registraron 485.000 desempleados en esta situación. Los expertos, y el mercado laboral, lo dicen:
cuanto más tiempo se está en paro más difícil es encontrar un empleo.
Pero la teoría no es suficiente y en el cuarto trimestre de 2010 este colectivo aumentó un 9,3 por ciento respecto al anterior. Este indicador, al alza, no dejó de sorprender, ya que este incremento supone una mala noticia, pues en los trimestres anteriores se atisbaba un cierto estancamiento -con una leve subida del 0,1 por ciento en el tercero- y en el segundo trimestre llegó a caer un 10 por ciento desde la cifra máxima 1.787.400 del primer trimestre.
Los que más sufren esta espera son sobre todos los
hombres, que representan el 54,7 por ciento del total, frente a las
mujeres, con un 45,3 por ciento.
El pesimismo crece sobre todo cuando
el plazo para cobrar prestaciones se va terminando, después de dos años parados. En este caso se encuentran
940.000 personas. Concretamente, en el tercer trimestre pasaron a engrosar este grupo más de 100.0000 personas, exactamente, 105.600.
Y lo que es peor:
el mercado laboral está estrangulado, enfermo, y sin vías de recuperación, al menos para este año y para el próximo. Según las Empresas de Trabajo Temporal (ETT), el paro todavía aumentará en el primer trimestre de este año y calificaron de terrible la situación.
El presidente de
Agett, la asociación de las grandes empresas de trabajo temporal, Francisco Aranda, lamentó la situación y alertó de que si la economía de nuestro país no crece por encima del 1 por ciento,
no habrá creación de empleo significativa en los próximos trimestres. Por ello, urgió al Gobierno a acelerar las reformas para reactivar de nuevo el mercado. "No se puede dejar crecer el desempleo más de tres años después del inicio de la crisis laboral", apuntó. Aranda trasmitió la necesidad de los empresarios por encontrar medidas "
que nos ayuden a crear empleo y riqueza para todos". Y para todos los sectores.
Así, el número de ocupados subió en la agricultura, que recortó 16.100 parados (8,3 por ciento). Sorprendentemente, la construcción dio buenas noticias ya que fue donde más bajó el desempleo, con 175.500 parados menos a final de 2010, seguido de la industria, que registró 95.600 desempleados menos, y de los servicios, que tuvo 3.800 parados menos.
Reacciones
También
la CEOE insistió en continuar con las reformas estructurales ya iniciadas.
Las reacciones no se hicieron esperar. Desde el Gobierno, su vicepresidente primero, Alfredo Pérez
Rubalcaba, afirmó que el incremento "estaba en sus previsiones". Por su parte, el ministro de Trabajo e Inmigración,
Valeriano Gómez, admitió que son "cifras negativas" pero destacó que "no interrumpen la línea de cierta mejora" que mantienen los datos de empleo en los últimos meses. Al otro lado del cuadrilátero, el líder de la oposición,
Mariano Rajoy, para quien los datos de la EPA son "inaceptables" y remató su crítica con una reflexión cuando menos espiritual. "El paro no es una maldición bíblica ni es algo que se produzca como la lluvia que cae porque sí".
Entre lo malo y lo peor, el dato: los 4,7 millones de parados.Cifra récord en España: la tasa de desempleo escala al 20,3%, el nivel más alto desde hace 14 años, y cierra 2010 con un número total de 4.696.600 personas sin trabajo.
Si la economía es "un estado de ánimo" -tal y como ya dijera el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez
Zapatero-, y teniendo en cuenta que los índices de desempleo forman parte de la economía de un país, está claro que el ánimo de los españoles debe estar por los suelos tras conocerse la fatídica
cifra de la EPA (Encuesta de Población Activa) que cada trimestre publica el Instituto Nacional de Estadística.
Más de
370.100 personas perdieron el año pasado sus puestos de trabajo, un 8,5 por ciento más respecto a 2009. En su conjunto, la cifra da vértigo: el número total de desempleados fue de 4.696.600 personas y
la tasa de paro del 20,33 por ciento, 1,5 puntos superior a la del año anterior.
Una barrera psicológica que
Zapatero tendrá que justificar ante la canciller
Angela Merkel, que aterrizará el próximo jueves para celebrar la
XXIII cumbre bilateral y examinar de primera mano el resultado de las medidas económicas puestas en marcha por el Gobierno.
Un 6,7 por ciento de tasa de desempleo en Alemania frente a un 20,3 por ciento en España. Sin duda,
para sacar los colores.
El presidente no lo va a tener fácil, sobre todo porque
desde hace 14 años no se cerraba un ejercicio por encima de ese nivel. ¿Cómo le explicará Zapatero que el paro se ha ensañado con los jóvenes, que en 2010 registró la tasa más elevada y superó el 42 por ciento en el cuarto trimestre? ¿Le dará las gracias por abrirles sus puertas y volver a aquellos años en los que los españoles emigraban al país germano en busca de fortuna? ¿
Qué justificación buscará para los parados de larga duración, los que llevan más de un año en paro, y que suman ya 2.154.700? Tampoco será fácil explicar que ya hay
1,3 millones de hogares con todos sus miembros en paro, un 8,8 por ciento más que en 2009.
"No es buena", obviamente
Un estado de ánimo que el secretario de Estado de Economía,
José Manuel Campa, no tuvo más remedio que reconocer: la tasa "obviamente, no es buena". Llueve sobre mojado, ya que la curva sigue subiendo. Así, 2010 se convierte en el
cuarto año consecutivo en el que se incrementa el número de desempleados.
En 2007, el paro se incrementó en 117.000 personas, en 2008 subió en 1.280.300 desempleados, en 2009 en 1.118.600 personas y en 2010 lo hizo en 370.100 personas.
En cuatro años, casi tres millones de desempleados más. No obstante, Campa descartó que la tasa de paro registre "grandes" repuntes este año y limitó eventuales incrementos a la evolución de la población activa.
Como resumen de año, a lo largo de 2010 se superó el 20 por ciento en los dos primeros trimestres, sólo descendió en el tercer trimestre cuando el número de parados bajó en 70.800 personas y la tasa de desempleo descendió más de tres décimas, hasta el 19,79 por ciento.
Los datos de la EPA empeoran los ofrecidos hace dos semanas por el Ministerio de Trabajo, que cifró el paro en 4,1 millones.
En concreto, en relación al cuatro trimestre, el INE señala que la tasa el paro se incrementó en el último trimestre de 2010 en 121.900 desempleados, un 2,6 por ciento más que en el tercer trimestre. El número de ocupados se redujo en 138.600 personas (-0,75 por ciento), cerrándose el ejercicio con 18.408.200 ocupados.
Se destruye menos empleo
Aunque el repunte del paro en 2010 fue sensiblemente inferior al de 2009, el número de empleos destruidos el año pasado fue cinco veces
inferior al del ejercicio precedente. Así, el año pasado se destruyeron 237.800 puestos de trabajo (-1,3 por ciento), frente a los 1.210.800 que se perdieron en 2009. En 2008, los empleos perdidos fueron algo más de 600.000.
En el último año, el número de asalariados disminuyó en 178.400 personas (-1,1 por ciento), de los que 85.900 tenían contrato temporal (-2,2 por ciento) y 92.500 tenían contrato indefinido (-0,8 por ciento). A cierre de 2010, la
tasa de temporalidad se situó en el 24,82 por ciento, siete décimas inferior a la del tercer trimestre de 2009.
En términos cuantitativos,
la destrucción de empleo afectó más a los españoles. De hecho, ocho de cada diez empleos perdidos en 2010 estaban ocupados por nacionales. En concreto, los extranjeros redujeron su ocupación en 39.200 personas (-1,5 por ciento), frente a los 198.600 empleos que perdieron los trabajadores nacionales (-1,2 por ciento) el año pasado.
Por su parte, el número de activos aumentó en 132.300 personas en 2010, un 0,6 por ciento respecto a 2009, con lo que la población activa quedó constituida por 23.104.800 personas y la tasa de actividad repuntó dos décimas, hasta el 59,99 por ciento. En el cuarto trimestre del año pasado, el volumen de activos se redujo en 16.700 personas.
Pocas posibilidades
Entrar en las listas del paro es duro, pero más duro es no salir. Los
parados de larga duración, los que llevan más de un año en paro, suman ya 2.154.700. Una vista atrás pone de relieve que esta cifra supone que desde el primer trimestre de 2008 los parados de larga duración se han multiplicado por 4,5 veces, fecha en la que se registraron 485.000 desempleados en esta situación. Los expertos, y el mercado laboral, lo dicen:
cuanto más tiempo se está en paro más difícil es encontrar un empleo.
Pero la teoría no es suficiente y en el cuarto trimestre de 2010 este colectivo aumentó un 9,3 por ciento respecto al anterior. Este indicador, al alza, no dejó de sorprender, ya que este incremento supone una mala noticia, pues en los trimestres anteriores se atisbaba un cierto estancamiento -con una leve subida del 0,1 por ciento en el tercero- y en el segundo trimestre llegó a caer un 10 por ciento desde la cifra máxima 1.787.400 del primer trimestre.
Los que más sufren esta espera son sobre todos los
hombres, que representan el 54,7 por ciento del total, frente a las
mujeres, con un 45,3 por ciento.
El pesimismo crece sobre todo cuando
el plazo para cobrar prestaciones se va terminando, después de dos años parados. En este caso se encuentran
940.000 personas. Concretamente, en el tercer trimestre pasaron a engrosar este grupo más de 100.0000 personas, exactamente, 105.600.
Y lo que es peor:
el mercado laboral está estrangulado, enfermo, y sin vías de recuperación, al menos para este año y para el próximo. Según las Empresas de Trabajo Temporal (ETT), el paro todavía aumentará en el primer trimestre de este año y calificaron de terrible la situación.
El presidente de
Agett, la asociación de las grandes empresas de trabajo temporal, Francisco Aranda, lamentó la situación y alertó de que si la economía de nuestro país no crece por encima del 1 por ciento,
no habrá creación de empleo significativa en los próximos trimestres. Por ello, urgió al Gobierno a acelerar las reformas para reactivar de nuevo el mercado. "No se puede dejar crecer el desempleo más de tres años después del inicio de la crisis laboral", apuntó. Aranda trasmitió la necesidad de los empresarios por encontrar medidas "
que nos ayuden a crear empleo y riqueza para todos". Y para todos los sectores.
Así, el número de ocupados subió en la agricultura, que recortó 16.100 parados (8,3 por ciento). Sorprendentemente, la construcción dio buenas noticias ya que fue donde más bajó el desempleo, con 175.500 parados menos a final de 2010, seguido de la industria, que registró 95.600 desempleados menos, y de los servicios, que tuvo 3.800 parados menos.
Reacciones
También
la CEOE insistió en continuar con las reformas estructurales ya iniciadas.
Las reacciones no se hicieron esperar. Desde el Gobierno, su vicepresidente primero, Alfredo Pérez
Rubalcaba, afirmó que el incremento "estaba en sus previsiones". Por su parte, el ministro de Trabajo e Inmigración,
Valeriano Gómez, admitió que son "cifras negativas" pero destacó que "no interrumpen la línea de cierta mejora" que mantienen los datos de empleo en los últimos meses. Al otro lado del cuadrilátero, el líder de la oposición,
Mariano Rajoy, para quien los datos de la EPA son "inaceptables" y remató su crítica con una reflexión cuando menos espiritual. "El paro no es una maldición bíblica ni es algo que se produzca como la lluvia que cae porque sí".
Entre lo malo y lo peor, el dato:
los 4,7 millones de parados.
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